Sobre el Párkinson
Conoce la enfermedad de Párkinson o EP, sus síntomas, diagnóstico, y tratamientos.
Qué es
La EP afecta al sistema nervioso central
La enfermedad de Parkinson (EP) es un trastorno neurodegenerativo que afecta al sistema nervioso central de manera crónica y progresiva. Es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente en la actualidad después del Alzhéimer y pertenece a los llamados Trastornos del Movimiento.
La EP se caracteriza por la pérdida o degeneración de neuronas en la sustancia negra, una estructura situada en la parte media del cerebro. Esta pérdida provoca una falta de dopamina en el organismo, una sustancia que hace que el control del movimiento se vea alterado, dando lugar a los síntomas motores típicos como el temblor en reposo o la rigidez
Conoce las causas
Factores de riesgo
La enfermedad de Parkinson no tiene una causa definitiva conocida, pero se cree que está influenciada por factores genéticos, medioambientales y el proceso natural de envejecimiento. La edad es un factor de riesgo importante, con una prevalencia que aumenta significativamente después de los 60 años. Aunque la mayoría de los casos no tienen un componente genético claro, un pequeño porcentaje puede estar relacionado con antecedentes familiares. Se ha sugerido que la exposición a ciertos pesticidas y herbicidas, así como el consumo prolongado de agua de pozo, podrían aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad.
Proceso de envejecimiento
Factor Genético
Causas Medioambientales
Exposición a ciertos Pesticidas y Herbicidas
Diagnóstico
Historia Clínica y Evaluación Neurológica
El diagnóstico de la enfermedad de Parkinson se basa principalmente en la historia clínica y la evaluación neurológica, ya que no existe una prueba definitiva. Se pueden realizar pruebas adicionales para descartar otros trastornos. Los síntomas principales incluyen lentitud de movimientos y, al menos uno de los siguientes: temblor en reposo, rigidez muscular o inestabilidad postural.
La enfermedad de Parkinson de inicio temprano afecta a personas menores de 50 años y presenta síntomas motores y no motores distintos. Las fluctuaciones motoras, como discinesias o distonías, pueden aparecer antes, pero su progresión es más lenta. Las alteraciones cognitivas son menos comunes y se desarrollan más tarde.
El impacto del diagnóstico en personas jóvenes es significativo, afectando a diversos aspectos a su vida, como relaciones familiares, laborales y sociales, y requiriendo adaptaciones para enfrentar la nueva situación.
1 de cada 5 personas tiene menos de 50 años
El 30% de los casos no están diagnosticados
Se tarda entre 1 y 5 años en tener un diagnóstico
Manifestaciones motoras y no motoras
Síntomas del Párkinson
Es importante mencionar que no todas las personas que conviven con la EP desarrollan los mismos síntomas, esto dependerá de la etapa en la que se encuentren, por ello, se suele decir que “existen tantos párkinson como personas diagnosticadas”.
Síntomas Motores
Aunque los síntomas motores son los más conocidos de la EP, es importante aclarar que las personas que desarrollan la enfermedad no tienen por qué presentar todos los síntomas.
- Principales: lentitud de movimientos, temblor reposo, rigidez muscular e inestabilidad postural.
- Otros: hipomimia, hipofonía, disartria y sialorrea.
Síntomas No Motores
Aunque los síntomas de la EP se suelen asociar principalmente a las dificultades motoras como el temblor, hay muchos otros no relacionados con el movimiento.
- Neuropsiquiátricos: ansiedad, depresión, apatía, alteraciones cognitivas, alucinaciones o delirios, trastorno del control de impulsos.
- Del sueño: insomnio, somnolencia diurna, trastorno conducta sueño REM, síndrome de piernas inquietas.
- Autonómicos: hipotensión ortostática, sudoración, seborrea, disfunción sexual, alteraciones en la micción.
- Digestivos: estreñimiento, incontinencia, problemas de deglución.Sensoriales: dolor, parestesias, hiposmia, anosmia, alteraciones visuales.
Etapas de progresión
Evolución de la enfermedad
El párkinson es una enfermedad crónica que avanza lentamente. Esta progresión va a variar mucho de una persona a otra. La EP sigue un curso escalonado y atraviesa por diferentes estadios o fases. Según el momento vital en el que aparezca y se desarrollen los síntomas de la EP, podemos distinguir entre enfermedad de Parkinson de inicio temprano (EPIT) o enfermedad de Parkinson avanzada (EPA).
Enfoques farmacológicos, quirúrgicos y terapias
Tratamientos para el Párkinson
Una vez diagnosticada la enfermedad de Parkinson, el neurólogo hace un seguimiento de los síntomas y un ajuste de la medicación adecuada a cada persona. El tratamiento farmacológico se basa principalmente en comprimidos que contienen Levodopa que es una molécula que sustituye a la dopamina que deja de producir el cerebro.
En estadios iniciales se suelen prescribir otros fármacos denominados agonistas dopaminergicos y cuando estos no son suficiente para controlar los síntomas se añade la levodopa. Esta fase coincide con una etapa que le persona se encuentra más o menos bien físicamente y la medicación actúa de manera muy efectiva por lo que la conocernos como “Fase de Luna de miel».
Pasado este periodo que tiene una duración variable, poco a poco se hace necesario aumentar la frecuencia y/o la dosis de las tomas porque la levodopa por vía oral va perdiendo eficacia. Es el momento de considerar las terapias avanzadas como la bomba de apomorfina, la infusión duodenal de Duodopa o más recientemente la bomba de Levodopa subcutánea.
También tenemos la opción de la intervención quirúrgica denominada Estimulación Cerebral Profunda (DBS) o los ultrasonidos focales de alta frecuencia (HIFU). Todos estos tratamientos paliativos, ninguno detiene o cura la evolución del Parkinson.
Parkisonismos
Trastornos neurológicos con síntomas similares al Parkinson
Los llamados parkinsonismos o párkinson plus son un grupo de afectaciones neurológicas que comparten algunos de los síntomas de la EP, pero cuyas características y evolución difieren con respecto a ella. Hoy en día, y al igual que para la EP, no existe una cura para los parkinsonismos.
El tratamiento es sintomático, tanto farmacológico como de terapias rehabilitadoras que traten de controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de la persona afectada, sus familiares y las personas cuidadoras.
Parálisis supranuclear progresiva (PSP)
La PSP es un trastorno neurodegenerativo que afecta al sistema nervioso central de manera progresiva, en concreto a las células de las estructuras llamadas ganglios basales y al tronco cerebral. Aparece en la edad adulta y dada su baja prevalencia es considerada una enfermedad rara o poco frecuente. Los síntomas se dan de manera simétrica en ambos lados del cuerpo y pueden presentar lentitud para realizar movimientos o rigidez muscular. Una característica distintiva es la alteración que aparece en los movimientos oculares, con parálisis de la mirada vertical. También suelen aparecer otros síntomas no motores como cambios emocionales y alteraciones del sueño.
Degeneración corticobasal (DCB)
La DCB es un trastorno neurodegenerativo de inicio insidioso y progreso lento que aparece habitualmente en la edad adulta. Dada su baja prevalencia es considerada una enfermedad rara o poco frecuente. En la DCB se observa una pérdida neuronal, sobre todo, en la corteza cerebral y la sustancia negra. Al inicio, los síntomas aparecen de manera asimétrica, es decir, en un solo lado del cuerpo y se observa afectación cognitiva. Las personas pueden presentar lentitud para realizar movimientos, rigidez muscular y dificultades para efectuar movimientos de tipo apráxico, esto es, movimientos voluntarios aprendidos.
Atrofia multisistémica (AMS)
La AMS es un trastorno neurodegenerativo que afecta al sistema motor, al cerebelo y al sistema autónomo. Aparece en la edad adulta, habitualmente alrededor de los 60 años. La AMS puede presentarse en diferentes formas en función de si el predominio de los síntomas es de tipo parkinsoniano o cerebeloso. Los síntomas parkinsonianos incluyen hipocinesia (movimiento disminuido), temblor y puede haber afectación del equilibrio. Los síntomas cerebelosos afectan a la coordinación del movimiento en la marcha y en las extremidades, y provocan alteración de la articulación del habla, entre otros.